Como han demostrado los eventos durante los últimos 12 meses, cada temporada es ahora temporada de incendios forestales, y los incendios en áreas urbanas son una preocupación cada vez mayor para las comunidades, las empresas y las aseguradoras por igual.

Conclusiones clave

  • El concepto de "temporada de incendios forestales" ha quedado obsoleto. En 2025, se registraron eventos significativos fuera del periodo habitual en países como Japón, Estados Unidos y Corea del Sur.
  • En Estados Unidos, los incendios forestales mortales ocurridos en California durante enero de 2025 reflejan un aumento en la exposición urbana, impulsado por el cambio climático y el crecimiento del desarrollo inmobiliario.
  • Los incendios forestales generan múltiples consecuencias económicas. Más allá del riesgo directo, también provocan interrupciones operativas, afectaciones en la cadena de suministro, pérdidas en el sector turístico y problemas de salud derivados de la exposición al humo, las partículas en suspensión y el deterioro de la calidad del aire.
  • En algunas regiones, las compañías de servicios públicos recurren a apagones preventivos durante periodos de alto riesgo para reducir su responsabilidad ante incendios causados por fallas en sus equipos. Estas interrupciones pueden afectar las actividades cotidianas y dificultar la respuesta de los servicios de emergencia.
  • Así como las comunidades expuestas a incendios forestales están adoptando medidas de adaptación, las empresas también deben evaluar qué acciones preventivas implementar para proteger mejor a su personal y sus activos.

Aumento del riesgo de incendios forestales durante todo el año

Los incendios forestales en el hemisferio norte — incluyendo Canadá, Japón, Siberia, Corea del Sur, Estados Unidos e incluso el Reino Unido — reflejan un cambio en la dinámica climática: hoy, estos eventos pueden ocurrir en cualquier época del año, no solo en verano.

En enero de 2025, California sufrió graves daños por incendios intensos y de rápida propagación en Los Ángeles y zonas aledañas. Impulsados por fuertes vientos de Santa Ana, la falta de lluvias y una vegetación extremadamente seca, estos incendios cobraron la vida de 30 personas, destruyeron más de 18,000 inmuebles y arrasaron más de 56,800 acres (23,000 hectáreas).

En marzo, una serie de incendios en el sureste y centro de Corea del Sur dejó 32 víctimas fatales, destruyó cerca de 5,000 propiedades y consumió más de 256,000 acres (104,000 hectáreas) en apenas una semana. Un estudio de atribución concluyó que estos eventos fueron el doble de probables y un 15 % más intensos debido al cambio climático.1

La combinación de un planeta más cálido, cambios en el uso del suelo y el avance de la urbanización está provocando pérdidas más severas en distintas regiones del mundo, tanto en zonas históricamente vulnerables como en aquellas que antes no habían estado expuestas.

"Ver incendios de esta magnitud en pleno invierno es definitivamente inusual", comenta Steve Bowen, director de Ciencias en Gallagher Re. "Estamos enfrentando una nueva realidad en cuanto a la estacionalidad de los incendios forestales".

Dado que los patrones tradicionales ya no aplican, las comunidades deben prepararse para enfrentar incendios forestales como una amenaza constante durante todo el año. Esta evolución en la naturaleza del riesgo — con eventos más frecuentes y severos — ha generado mayores pérdidas económicas y un aumento en los costos del seguro.

Mientras el sector asegurador reevalúa su tolerancia al riesgo de incendios forestales, las empresas están analizando cómo proteger mejor a su personal y sus activos frente a posibles pérdidas.

Nos enfrentamos a una nueva realidad con respecto a la estacionalidad de los incendios forestales.
Steve Bowen, director de ciencias, Gallagher Re.

Más allá de las pérdidas directas: los crecientes impactos secundarios de los incendios forestales

Desde 2015, Estados Unidos ha registrado más de 111 mil millones de dólares en pérdidas económicas directas por incendios forestales. De los 19 eventos con daños superiores a los mil millones, 15 ocurrieron en la última década, afectando significativamente la rentabilidad del sector asegurador.

Este impacto también repercute directamente en la capacidad de aseguramiento para los propietarios que buscan cobertura contra incendios forestales. A medida que las aseguradoras reevalúan su estrategia de gestión de riesgos y la capacidad que están dispuestas a ofrecer en zonas de alta exposición, obtener una póliza adecuada se vuelve cada vez más complejo.

Se estima que las pérdidas aseguradas por los incendios en Los Ángeles, ocurridos en enero, podrían alcanzar los 40 mil millones de dólares, convirtiéndose en la serie de eventos más costosa para la industria aseguradora hasta la fecha. Desde la perspectiva de los reclamos, estas pérdidas son comparables a un evento de "peligro máximo", como un huracán. Para ponerlo en contexto, los huracanes Helene y Milton en 2024 generaron pérdidas combinadas cercanas a los 44 mil millones.

El impacto económico inmediato de estos eventos sobre empresas y comunidades es considerable. Y a medida que los incendios forestales se consolidan como uno de los principales impulsores de pérdidas catastróficas anuales, las aseguradoras están tomando medidas para gestionar mejor su exposición a riesgos secundarios.

Estos impactos secundarios pueden ser severos. En febrero y marzo de 2025, intensas lluvias en el sur de California provocaron inundaciones, deslizamientos de tierra y flujos de escombros, lo que obligó a evacuar viviendas cercanas a zonas previamente afectadas por incendios.

Otras consecuencias económicas incluyen la caída del turismo y la hospitalidad, así como interrupciones prolongadas en el sector agrícola debido a la pérdida de cultivos y ganado.

Por su parte, las compañías eléctricas enfrentan tanto daños físicos a su infraestructura como posibles responsabilidades legales por incendios originados en sus equipos. Para reducir su exposición a litigios, muchas recurren a apagones preventivos durante periodos de alta actividad. Sin embargo, estos cortes pueden generar interrupciones costosas en las operaciones diarias, incluso si no hay daños materiales directos.

"Restablecer el suministro eléctrico con rapidez es clave para la recuperación. Por eso, cortar la energía a comunidades enteras no es una solución sostenible", señala Ian Giammanco, meteorólogo principal y director general de Estándares y Análisis de Datos del Instituto de Seguros para la Seguridad Empresarial y del Hogar (IBHS). "Debemos aplicar lo aprendido en décadas de investigación sobre infraestructura resistente al viento a los escenarios de incendios forestales", agrega.

En el corto plazo, las empresas ubicadas en zonas de alto riesgo deben anticipar más apagones proactivos e invertir en soluciones de respaldo que garanticen la continuidad operativa, ya que muchas de estas pérdidas no están cubiertas por las pólizas tradicionales.

Otra preocupación creciente en muchas ciudades es el deterioro de la calidad del aire. Los incendios forestales han afectado gravemente el ambiente, como ocurrió durante una de las peores temporadas en Canadá en 2023, cuando el humo proveniente de Quebec cubrió ciudades como Toronto y Nueva York.

Las partículas en suspensión llegaron incluso a Washington, Chicago y Minnesota, generando riesgos importantes para la salud, la cancelación de eventos deportivos y recomendaciones para que las personas permanecieran en interiores.

Con el aumento en la frecuencia y severidad de estos eventos, los efectos colaterales sobre la sociedad refuerzan la necesidad de estrategias integrales que permitan mitigar riesgos y fortalecer la recuperación. Enfrentar estos desafíos requiere comprender las causas profundas de las pérdidas y fomentar la colaboración entre sectores para desarrollar soluciones innovadoras que protejan tanto a las comunidades como a las empresas.

Cambio climático y expansión urbana: Impulsores clave de la pérdida por incendios forestales

Weather whiplash: el fenómeno de los cambios climáticos abruptos

El análisis de las condiciones climáticas previas a los incendios en California apunta a una influencia clara del cambio climático de origen humano como factor de largo plazo en el aumento del riesgo de incendios2. Aunque los vientos de Santa Ana intensificaron la propagación del fuego, los cambios extremos en el clima en periodos cortos — conocidos como "weather whiplash" — también se identifican como una causa relevante.

Este fenómeno describe una secuencia en la que periodos muy húmedos, que favorecen el crecimiento acelerado de vegetación, son seguidos por etapas de sequía intensa. Esto genera una gran cantidad de material seco que alimenta la propagación del fuego. Cuando se combina con vientos fuertes, un incendio puede avanzar rápidamente, alcanzando velocidades de hasta 32 km/h en condiciones óptimas. Además, el terreno inclinado facilita que el fuego se extienda cuesta arriba con mayor rapidez.

El otoño e invierno secos que antecedieron a los incendios en Los Ángeles estuvieron influenciados por el patrón climático de La Niña — la fase fría del ciclo ENSO (El Niño — Oscilación del Sur) — que, junto con el calentamiento global, habría incrementado en un 75 % la probabilidad de condiciones extremas para incendios, según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

El cambio climático también agrava el riesgo de otras formas. Investigaciones sobre los incendios de 2020 en Estados Unidos revelaron que el aumento de las temperaturas promedio favoreció la proliferación de escarabajos de corteza. Estos insectos, al atacar árboles ya debilitados por la sequía, provocaron una mayor cantidad de árboles muertos, lo que incrementó aún más la carga de combustible seco en el paisaje.3

Estos cambios en el clima y los patrones de precipitación, exacerbados por el ciclo climático de ENSO, con temporadas más largas, más calurosas y más secas, aumentan el riesgo de incendios forestales en el sur y sudeste de Asia, América Central, el norte de América del Sur y Australia.

Interfaz urbano-forestal (WUI)

Aunque el fuego sigue representando una amenaza importante para las zonas rurales, también se ha registrado un aumento considerable de incendios en áreas urbanas, impulsado por la expansión urbana y la creciente frecuencia e intensidad de los incendios forestales.

Como se evidenció en los incendios ocurridos en California en 2025, Jasper en 2024 y Maui en 2023, muchos de estos eventos se originan en la zona de transición entre áreas naturales y urbanas, conocida como interfaz urbano-forestal (WUI, por sus siglas en inglés), donde el desarrollo urbano se mezcla con la vegetación silvestre. Estos incendios han llegado a cruzar hacia zonas urbanas, afectando a comunidades enteras en su camino.

Lejos de ser un fenómeno nuevo, ciudades con antecedentes de incendios urbanos, como San Francisco, Chicago y Londres, cuentan con infraestructura y experiencia más robustas en materia de prevención y respuesta. San Francisco, por ejemplo, opera 44 estaciones de bomberos en sus barrios, el doble que Los Ángeles.

Recuerdo haber visto la cobertura en vivo de los incendios en Pasadena y Altadena, donde un periodista comentó: 'Siempre pensé que el gran terremoto sería el desastre; nunca imaginé que sería un incendio'.
Ian Giammanco, director general de Estándares y Análisis de Datos del IBHS.

"Es como si estuviéramos corriendo detrás del peligro", añade Giammanco. "Muchos de los problemas que enfrentamos hoy se han gestado durante generaciones. Al construir nuestras comunidades, ignoramos el riesgo histórico de incendios urbanos. Además, durante décadas — desde los años 20 hasta principios de los 2000 — se suprimieron los incendios, lo que moldeó nuestra forma de abordarlos. En ese tiempo, rara vez se consideraron las acciones que los propietarios debían tomar para prepararse ante incendios forestales".

"Recuerdo haber visto la cobertura en vivo de los incendios en Pasadena y Altadena, donde un periodista comentó: 'Siempre pensé que el gran terremoto sería el desastre; nunca imaginé que sería un incendio'", repite Giammanco.

El crecimiento poblacional y el desarrollo urbano dentro de la interfaz urbano-forestal, que ha aumentado hasta un 40 % en California, están amplificando aún más el riesgo de incendios.

A medida que aumentan las reclamaciones por incendios forestales, las aseguradoras apuestan por una mejor evaluación del riesgo

En los últimos años, el interés de las aseguradoras por cubrir riesgos asociados a incendios forestales ha disminuido. Para gestionar mejor su exposición, las compañías están exigiendo información más detallada y específica sobre los riesgos de cada propiedad, considerando factores como construcción, ocupación, protección y exposición (modelo COPE).

"Para los asegurados con activos ubicados en zonas propensas a incendios forestales, cualquier análisis de datos que podamos incluir en nuestras presentaciones a los suscriptores puede marcar una gran diferencia al momento de renovar las pólizas. Hoy en día, los operadores utilizan más tecnología y datos para evaluar este tipo de riesgos", explica Martha Bane, directora general de US Property en Gallagher.

A pesar de los desafíos que enfrentan las cuentas con historial de pérdidas, las aseguradoras en Estados Unidos han mostrado una mayor disposición a ofrecer capacidad para una amplia gama de riesgos de propiedad en 2025. Sin embargo, esta tendencia podría revertirse si se presentan eventos inesperados durante la segunda mitad del año.

Cada vez más, las compañías recurren a herramientas de evaluación de riesgo desarrolladas por terceros para analizar, tarificar y gestionar su exposición a incendios forestales. Gracias a estas soluciones tecnológicas, ajustan precios y límites de cobertura, e incluso pueden rechazar solicitudes si el puntaje de riesgo supera ciertos umbrales.

El Departamento de Seguros de California (CDI) propuso recientemente permitir el uso de modelos de catástrofes específicos para incendios forestales en la tarificación de riesgos4. Aunque esta práctica aún está en una etapa inicial y los datos históricos disponibles son limitados, se espera que con el tiempo los operadores adopten plenamente estos modelos para establecer precios más precisos.

"Ese puntaje de riesgo por incendios forestales puede definir cuánta cobertura recibe un asegurado y a qué costo", señala Bane. "Pero cuando un cliente tiene un puntaje elevado, trabajamos junto a nuestros equipos de control de pérdidas para establecer una lista de acciones que le permitan fortalecer la protección de sus activos".

Fortalecer la resistencia frente a incendios forestales a nivel de propiedad y comunidad

Existen diversas medidas para mejorar la resistencia de los inmuebles frente a incendios forestales, comúnmente conocidas como "fortalecimiento del hogar". Estas incluyen el uso de materiales resistentes al fuego en techos — como tejas de arcilla — reemplazar revestimientos inflamables por estuco, ladrillo u hormigón, establecer un perímetro defensivo mínimo de 1.5 metros alrededor de la propiedad, eliminar maleza y retirar cercas de madera cercanas a las edificaciones.

El Instituto IBHS promueve el concepto de "hogar preparado para incendios forestales", que establece un estándar básico de construcción resiliente. Este contempla, además del techo Clase A resistente al fuego y el perímetro defensivo, un espacio libre no combustible de al menos 15 centímetros en la base de las paredes exteriores.

"La capacidad de adaptación de vecindarios y viviendas frente a incendios forestales debe alcanzar un nivel intermedio para que las medidas sean efectivas. Pero es fundamental entender que se requiere cumplir con ciertos estándares mínimos", explica Faraz Hedayati, ingeniero principal de investigación en IBHS. "No se trata de elegir algunas acciones al azar; es necesario implementar un conjunto integral de medidas de reducción de riesgos".

La "casa milagrosa" de Lahaina: un ejemplo de los alcances y límites de las medidas contra incendios forestales

Después del devastador incendio en Maui, Hawái, en 2023, las imágenes circularon en los medios de una casa con techo rojo en Lahaina que parecía haber escapado de la destrucción sin escatimar. El endurecimiento del hogar realizado por los propietarios se atribuyó a la mejora en gran medida de la capacidad de adaptación del edificio a los incendios forestales.
De manera similar, durante los incendios de Los Ángeles, las casas que habían implementado medidas de capacidad de adaptación tenían más probabilidades de haber sobrevivido.
El IBHS realizó evaluaciones en el sitio después de ambos eventos y, según Hedayati, la historia real detrás de la supervivencia de la casa Lahaina es más matizada.
Los factores mitigantes implementados por el propietario de la vivienda — reemplazando el techo con materiales resistentes a incendios forestales y un espacio defendible de tres pies alrededor de la propiedad — ayudaron a reducir el daño al edificio. Sin embargo, sufrió daños en su lado norte debido a su proximidad a una estructura y árbol vecinos, que se incendiaron.
"Había muchas personas e historias de noticias que intentaban representar esa casa de una manera que no era realmente realista", dice Hedayati. "Se implementaron algunos, pero no todos, los elementos que requerimos para reducir la vulnerabilidad.
"El propietario había cambiado el techo y creado un espacio de cero a tres pies alrededor de la propiedad debido a problemas de termitas. Pero el lado norte de la estructura tenía algún nivel de daño debido a la proximidad a un árbol y una estructura vecina, que se quemó".
"Un edificio es tan fuerte tal como su parte más débil. Con incendios forestales tan caóticos tal como ellos, dejar brechas apuntando a una capacidad de adaptación media significa apostar con fracaso. Es posible que vea algún beneficio, pero es posible que no sea suficiente", agrega.

El rol de la planificación comunitaria en la adaptación frente a incendios forestales

La gestión de tierras y el uso intencional de incendios desempeñan funciones cruciales en la gestión de incendios forestales. Las quemaduras controladas establecidas por los bomberos pueden ayudar a la supresión de incendios forestales al despejar el cepillo y reducir la carga de combustible disponible para encendidos inesperados.

Sin embargo, con más personas que se trasladan a la WUI, las autoridades están analizando más de cerca dónde se están construyendo las inmuebles y la planificación comunitaria teniendo en cuenta el riesgo de incendios forestales.

Las áreas de alto riesgo continuarán planteando un desafío. Muchos de los residentes originales de Paradise en el norte de California se han mudado desde el devastador incendio del campamento en 2018, que se cobró la vida de 85 personas.5

Para los recientes incendios forestales de California, hubo un concepto erróneo de que la escala de devastación observada en Los Ángeles se debió a códigos de construcción inadecuados. Más bien, fue la era de los edificios lo que impulsó una pérdida tan extrema, según Bane. Muchas de las casas destruidas eran estructuras más antiguas que eran anteriores a los códigos de construcción actuales.

La reconstrucción de inmuebles de acuerdo con los códigos contemporáneos debería hacer que las comunidades sean más resilientes en el futuro. "Cuando hablas de hacer que esa comunidad sea más resiliente, se necesita más que solo los códigos vigentes en este momento", dice Martha Bane de Gallagher. "Tendría que haber inversiones significativas del gobierno y las ciudades para ir más allá de lo que exige el código".

Además, si bien el sur de California, propenso a los incendios forestales, cuenta con bomberos altamente capacitados y capacitados, otras partes del país dependen más de los bomberos voluntarios, que pueden no tener el mismo nivel de capacitación.

Con el aumento de la amenaza de incendios forestales fuera de la temporada y las regiones tradicionales, estos servicios de incendios rurales podrían enfrentar eventos extremos que carecen del personal y la capacitación para combatir adecuadamente.

"Con los grandes daños que también se observaron recientemente en partes de Europa, Asia y Australia, esto requiere una respuesta global y colaboración para mejorar los esfuerzos de extinción de incendios", dice Steve Bowen de Gallagher Re.

Las escuelas de California marcan el camino en resiliencia ante incendios forestales, reduciendo el costo total del riesgo

A medida que los incendios forestales amenazan cada vez más a California y a otros estados de los EE. UU., las instalaciones esenciales tal como las escuelas públicas están mejorando proactivamente su capacidad de adaptación y prevención ante incendios. El cambio de perspectiva subyacente es crucial ya que los incendios forestales han evolucionado de una preocupación de interfaz principalmente rural y urbana a un verdadero desafío urbano, uno para el que no estamos tan bien preparados tal como asumimos.
John Chino, vicepresidente sénior de la división del sector público de Gallagher, destaca 2017 tal como un año fundamental, lo que marca la primera pérdida significativa por incendios forestales para el sector público en California. Las lecciones aprendidas desde entonces han llevado a una gama más sólida de estrategias de reducción de riesgos, una mejor planificación y una evaluación de riesgos más detallada, todas cruciales para reducir las pérdidas durante eventos recientes.
Los campus de las escuelas públicas, generalmente rodeados de grandes campos de juego y poca vegetación, mitigan naturalmente la propagación del fuego, lo que permite a los departamentos de bomberos organizar sus operaciones durante un evento de incendio en estos sitios. Los campos de juego son similares a un foso que rodea la propiedad, explica Chino, lo que les da a los propietarios una falsa sensación de seguridad de que estarían protegidos contra pérdidas significativas por incendios forestales.
Sin embargo, la intensidad sin precedentes de los incendios forestales de California en 2017, con una propagación más rápida y temperaturas más altas, expuso dichos inmuebles a daños secundarios por humo, hollín y ceniza. Las escuelas en el condado de Ventura, por ejemplo, se enfrentaron a una pérdida de USD20 a pesar de que no había contacto directo de llama con sus estructuras principales. Se hizo evidente que se necesitaba otro nivel de preparación.

Sellado de edificios: una estrategia para proteger contenidos valiosos

El sellado de edificios ha demostrado ser una medida eficaz para reducir los daños secundarios causados por incendios forestales. Aunque siguen siendo necesarias acciones tradicionales como cerrar puertas y ventanas o apagar los sistemas de ventilación (HVAC), su efectividad se potencia cuando el personal y los estudiantes son evacuados rápidamente y los edificios se sellan por completo mediante equipos especializados contratados a proveedores comerciales.
"El costo de sellar un edificio es relativamente bajo, con un promedio de unos 5 dólares por unidad", señala John Chino. "Esta inversión es mínima si se compara con los gastos derivados del daño por humo".
En experiencias previas, como las de 2017 y 2018, los daños por humo — incluyendo la restauración de colecciones completas de bibliotecas — elevaron significativamente el monto de las reclamaciones, alcanzando cifras de siete e incluso ocho dígitos.
Otras estrategias para proteger el contenido incluyen el uso de espumas retardantes o agua para cubrir las fachadas de los edificios, medidas que cada vez se integran con mayor frecuencia en los planes de respuesta ante incendios. Además, muchas escuelas están mejorando el acceso a fuentes de agua y reduciendo la vegetación cercana. Algunas incluso emplean cabras para controlar el crecimiento de maleza en zonas de difícil acceso, como laderas empinadas.
Varios distritos escolares que operan bajo esquemas de autoaseguramiento han contratado servicios privados de extinción de incendios para contar con una respuesta rápida y focalizada. Estos servicios autorizados (Clase VI) complementan los esfuerzos de los bomberos públicos mediante la aplicación proactiva de agua o espuma para proteger edificios específicos de chispas y brasas. Su apoyo resulta especialmente valioso durante emergencias de gran escala, cuando los recursos locales y regionales están al límite de su capacidad para proteger zonas residenciales.

Uso de datos para advertencias tempranas

La tecnología de datos y pronósticos se ha convertido en un aliado crucial para los distritos escolares que se esfuerzan por desarrollar capacidad de adaptación. Un ejemplo es Gallagher Forecast, una plataforma de análisis en línea que transforma visualmente la información de la propiedad del cliente en información procesable y análisis de riesgos de catástrofes.
Los conocimientos detallados ayudan a los distritos escolares a tomar decisiones más informadas sobre la distribución de recursos antes, durante y después de un evento.
Si bien las medidas de capacidad de adaptación representan un compromiso financiero sustancial, los distritos escolares a menudo reciben un valor considerable por su inversión. Al hacerlo, las comunidades pueden seguir confiando en los servicios esenciales que estas instituciones brindan durante y después de un evento.
"Durante Pacific Palisades y Eaton Fires, vimos que muchos miembros de la piscina que fueron notificados a tiempo para evacuar sus edificios y tomar medidas de protección no experimentaron daños significativos", dice Chino.

La preparación de inmuebles comerciales como estrategia frente a incendios forestales

Así como las comunidades expuestas a incendios forestales están adoptando medidas de adaptación, las empresas también deben evaluar qué acciones preventivas implementar para proteger sus operaciones frente a pérdidas por daños a instalaciones y paralización de actividades.

Entre estas medidas se incluyen la gestión proactiva del combustible, como la poda, el aclareo y la remoción de vegetación densa, la creación de espacios defensivos alrededor de los inmuebles y el uso de materiales resistentes al fuego en techos y fachadas. Además, el mantenimiento adecuado de caminos y accesos facilita la llegada de los servicios de emergencia a las zonas afectadas.

Desde los incendios de Palisades y Eaton, ha cobrado fuerza el llamado a garantizar un suministro de agua suficiente y a descentralizar las redes de servicios públicos, incorporando fuentes de energía renovable y generadores de respaldo.

Fortalecer la resiliencia de grandes espacios comerciales, como tiendas minoristas o plantas industriales, puede ser más complejo. Según Faraz Hedayati, del IBHS, estas instalaciones suelen presentar vulnerabilidades específicas, como muelles de carga que permiten la entrada de brasas si no se cuenta con medidas de protección adecuadas, o grandes ventanales que pueden colapsar ante temperaturas extremas.

Además, es común que estos edificios tengan vehículos estacionados cerca, lo que incrementa el riesgo de ignición, especialmente con la presencia de autos eléctricos y estaciones de carga.

Para todas las empresas, es fundamental contar con programas regulares de capacitación en seguridad contra incendios, así como planes de emergencia actualizados que incluyan rutas de evacuación, puntos de encuentro y canales de comunicación claros.

También es clave poner a prueba los planes de continuidad operativa mediante simulacros y una coordinación estrecha con los cuerpos de bomberos locales, lo que permite mejorar los tiempos de respuesta ante amenazas reales.

La colaboración entre el sector público y privado, junto con una planificación estratégica, puede fortalecer la capacidad de adaptación en todos los sectores. Evaluaciones de riesgo oportunas y bien fundamentadas permiten asignar recursos de forma más eficiente antes, durante y después de un incendio, y aplicar medidas de mitigación que reduzcan las pérdidas.

Tanto comunidades como empresas e individuos pueden contribuir a entornos más seguros mediante acciones concretas. Sin embargo, la planificación experta y a gran escala es la que realmente marca la diferencia. El sector asegurador sigue desempeñando un papel clave, aportando conocimiento, recursos y experiencia para acompañar a sus clientes — tanto públicos como privados — en el desarrollo de estrategias de resiliencia frente a incendios forestales.

"Colaborar con las comunidades locales para promover una gestión sostenible del territorio y generar conciencia sobre el impacto de nuestras acciones puede marcar una gran diferencia. Mantengámonos optimistas y proactivos", afirma Steve Bowen.

"Si trabajamos juntos para enfrentar estos desafíos, podremos proteger nuestro entorno y construir un futuro más seguro para las próximas generaciones".

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Publicado en julio de 2025.